James Vaupel, director y fundador del prestigioso Instituto Max Planck de Investigaciones Demográficas de Rostock, Alemania, donde preside el Laboratorio de Supervivencia y Longevidad, tiene noticias alentadoras para todos nosotros: nuestra esperanza de vida está creciendo cada vez más rápido en todo el mundo.
Esta incremento es tan acelerado hoy en día que podemos decir que un estadounidense medio, por cada día que vive, incrementa 5 horas su esperanza de vida. En otros países incluso se suman 6 horas al día.
5 o 6 horas al día no parece mucho, pero quizá os parezca más si lo contamos así: por cada 6 meses que transcurren, la esperanza de vida aumenta 5 semanas. En 10 años, ganaremos 2 años y medio.
Parece sorprendente que la esperanza de vida aumente tan rápido, pero basta echar un vistazo en el tiempo para comprobar que es lo que está ocurriendo: la esperanza de vida en el año 1909 era 25 años más corta que hoy. En el año 2109, de seguir esta progresión ascendente, aumentaremos 25 años más a nuestra vida (si no hay nada que nos lo impida).
Pero ¿de qué depende exactamente que unas personas sean centenarias y otras mueran, por ejemplo, a los 70 años? Según Vaupel, sólo el 3 % de nuestra longevidad está determinada por la longevidad de nuestro padre, y otro 3 % por la longevidad de nuestra madre. Nuestra longevidad depende de nuestro estilo de vida. El 10 %, por ejemplo, se determina ya en el útero: según los hábitos de nuestra madre, como fumar y beber.
Curiosamente, también hay otras variables en nuestra esperanza de vida que a menudo pasamos por alto: por ejemplo, el lugar donde vivimos. Por ejemplo, los habitantes de Andorra tienen una de las esperanzas de vida más larga, de 85,3 años.
Aportado por Isauro López
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